lunes, 23 de febrero de 2015

Buzón de los enamorados


         Tras la Navidad, las vacaciones han terminado y ha llegado y pasado ya enero con rapidez, tanto que casi está terminando febrero. Vuela el tiempo más rápido que mis alas, más veloz que mis ojos ya acostumbrados a cazar palabras como cazo peces en el puerto. Y mirad por dónde llegó el 14 de febrero y estuvisteis todos muy entretenidos redactando cartas de amor, pero sobre todo cartas de amistad. Gracias a la calidez de vuestras bellas palabras a amigos y amigas estoy llevando mejor este frío que nos ha invadido últimamente. No sé si me habéis visto por el patio estos días, porque apenas salgo del calor que me dan los libros, pero en cualquier caso algo sí he salido, porque solo de libros no puede vivir la gaviota. Creo que los humanos tampoco, pero esto es solo una intuición. En realidad no sabría ponerme por completo en el lugar de un humano. Me parecéis tan raros. Os veo jugando, riendo, compartiendo vuestro tiempo con otros humanos y, en cambio, a veces en cuestión de segundos os peleáis e insultáis como si no fuerais amigos ni amigas. Eso entre las gaviotas no pasa. Pero eso no viene al caso ahora. Yo venía aquí a contaros la actividad tan bonita que hicisteis el pasado San Valentín. Habéis aprendido a expresar sentimientos, a escribir cartas, a enviarlas y a recibirlas. Eso vale todo el oro del mundo, ¿verdad?



A mí me gustó mucho que decidierais 
traer a la biblioteca los sobres grandes por cursos y que las repartierais desde este lugar que es mi hogar, ¿sabéis cuánto me alimentó ese día vuestra candidez? No podéis haceros una imagen. 

Lo que en principio era el buzón de los enamorados ha terminado siendo un buzón de mensajes llenos de felicidad y palabras maravillosas. ¡Fantástico!

Bueno, chicos y chicas gavileanos, os dejo por hoy, que se está haciendo ya tarde y mañana tenemos que madrugar para estar mañana con energía. 





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