martes, 9 de diciembre de 2014

Sida No, ¿Qué puedo hacer yo?

Ay, qué estrés tuve el otro día. No me había enterado de lo que estabais organizando en el salón de actos del centro. Vino de repente Anto y José Luis y me arrastraron hasta allí. No me dio tiempo de nada, ni siquiera de acicalarme levemente, lo que viene a ser ponerse un poquito de gomina en las plumas más rebeldes. ¡Menudas pintas tenía! Supongo que me notaríais muy rígido. Creo que sí que lo visteis porque me mirabais como si no me conocierais. Me dio un poco de vergüenza y no me moví de la columna del escenario durante todo el evento. ¡Si es que había hasta una cámara de televisión y altos cargos del Ayuntamiento! Me parece que no me fotografiaron ni una vez, pero porque ese día no era yo el protagonista. 

Me puse un poco triste luego cuando regresé a la biblioteca. Gavileo se entristece también si cree que no es reconocido.

Lo bueno es que una gaviota lectora como yo siempre encuentra de nuevo la alegría al abrir un libro o cualquier texto. Encendí el ordenador y buscando por la red encontré una noticia que hablaba de nosotros. ¡En internet uno encuentra también lectura! ¡Qué gozada! Y yo sin saber lo que era la red cibernética. Claro, yo no conozco más redes que las de los pescadores. Cosas curiosas de los idiomas; riquezas varias.




Además aparecimos también en prensa escrita, como podéis ver en este recorte de La Voz de Almería.




Y como os estaba contando, aunque estuve muy nervioso, pude disfrutar de vuestro trabajo. Algunos alumnos de 2º y 3º de E.S.O. organizaron una escenificación teatral sobre el VIH, en la que representaron la historia de un joven que va a consulta del médico a recoger los resultados de una prueba de VIH, que dio positivo. Con todo y con ello, tras comunicárselo el chico a su novia recibió una estupenda respuesta y el completo apoyo de ella. Sin duda, un mensaje optimista el que disteis esa mañana: una enfermedad no debe cambiar la vida de una persona y mucho menos hacer del enfermo un ser repudiado. 

Sida No, ¿Qué puedo hacer yo? era el lema elegido para dar rienda suelta a la imaginación y concienciar de las consecuencias de esta enfermedad, así como de los métodos con que contamos para combatirla.

Así merece la pena salir de la biblioteca y plantarse delante de las cámaras y de todas las miradas.

Me gustaron mucho los trabajos y eslóganes expuestos. Noté mucho entusiasmo y de nuevo pude leer mensajes optimistas. Es cierto que no hay nada como prevenir. Por eso hay que protegerse. 

En cualquier caso, parece que sabéis bien lo que habláis, así que me callo ya un poco y os dejo seguir defendiendo buenas ideas y yo seguiré leyendo buenas historias. Me despido, pues, y me llevo prestado un cómic de Asterix y Obelix, que voy a leer desde la Alcazaba. ¡Hoy tenemos un tiempo magnífico! ¡Qué bonita es nuestra Almería! 

Un saludo, galileanos.
Gavileo

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